<< El que viva verá. Me viene la idea de que, en secreto, persigo la historia de mi miedo. O, más exactamente, la historia de su desenfreno, más precisamente aún, de su liberación. Sí, de veras, también el miedo puede ser liberado, y en ello se ve que forma parte de todo y de todos los oprimidos (....)
La mujer libre aprende a apartar sus miedos poco importantes y a no temer al único gran miedo importante, porque ya no es demasiado orgullosa para compartirlo con otras...>>

Casandra, Christa Woolf


"¿Quiénes sois vosotros para decretar quién debería seguir vuestras normas y leyes inventadas?" Layla Anwar, Mujeres en Iraq: nubes rosas y rojas



lunes, 14 de abril de 2008

contrastes, otra vez...

Contrastes.... otra vez.... acabo de contarle a mi amigo (sí, el que inspiró este blog) que puede que escribiese algo sobre ayer. No sé si lo publicaré (si estais leyendo esto es que evidentemente lo he hecho), pero necesito escribir-lo. Porque me acosté con fiebre, porque me levanté aún resentida. Porque a estas horas ya se me estaba pasando, y necesito dejar constancia de aquello que produjo la herida... porque 'ojos que no ven', dicen, 'corazón que no siente'...

Ayer fuimos a manifestarnos contra los CIE´s . Mi padre no sabe qué es un CIE. Ni mi madre. Ni muchas vecinas de Lavapiés. Sí lo saben otros vecinos y vecinas. Aquellas a quienes pueden llevarse cualquier día que quieran, porque tuvieron la mala suerte de que ese día les tocó a ellas... Tampoco lo saben algunas de las personas migrantes que vinieron 'con papeles'... La amenaza de esos sitios es para todos y todas aquellas que osan moverse por la vida, y de paso por nuestras 'pulcras democracias', sin un papel que les acredite como 'legales' (no ya como 'ciudadanos') e impida que les priven de libertad en un CIE, una cárcel para personas (in) migrantes 'sin papeles' que recibe el eufemístico nombre de Centro de Internamiento de Extranjeros...
Dice un poema (atribuido a Bertolt Brecht, pero que es un discurso de Martin Niemoeller) algo así como que cuando se estaban llevando a otros distintos (un 'otros' que no es tu 'nosotros') tú no hiciste nada porque no se te estaban llevando a tí ni a los que son como tú... Vaticina ese poema-discurso (más o menos) que el día que vengan a por tí, ya no quedará nadie para protestar ni hacer nada, porque ya se nos llevaron a todos...
Ayer fuimos al CIE de Aluche. Y se manifestaron con nosotros y nosotras un 'otros sin papeles' que se arriesgaban a ser detenidos...
Pero no somos ellos... Seguimos siendo un nosotros que no está ahí dentro ni es suceptible de ser ahí metido por el color de su piel... Aunque hayamos ido a protestar, seguiremos sin ser ellos... Aunque estuviesen con nosotros un otros sin papeles que se arriesgaban a ser detenidos.
Ya no me basta con un poema que dice que no podemos mirar para otro lado... porque el caso es que no miramos para otro lado...
Pero anoche tuve una sensación agria y de injusticia que me desborda.... de interpelarme a mí misma justo como no hay que hacerlo si no quieres perder la cabecita. Me costó irme de allí sin más, pero: ¿qué hacer?... Los que se quedaron dentro fueron ellos, en ese sitio ignominioso sacado de un anuncio de playa o del IKEA, todo de colores. Con gente encerrada dentro por su color de piel, por estar empobrecida, saqueada, por haber tenido mala suerte, por ser un 'otros' que no somos 'nosotros'... Me costó irme de allí sin más... Y la gente me preguntaba que si iba a la fiesta del Patio Maravillas. Y yo estaba como en shock sin saber aún por qué. Decía que estaba cansada, y así lo creía. Pero me di cuenta en casa. No quería ir a la fiesta. Creía estar cansada. Y lo estaba, pero era que ellos se quedaron allá, y... ¿nosotr@s íbamos a una fiesta? Esa cúpula de colores... y la gente paseando por dentro de la antigua prisión de Carabanchel como si fuesen (fuésemos, porque yo también entré) de excursión... y la fiesta... que después había una fiesta... No se trata de un cuestionar a las personas que fueron, ni la fiesta en sí (de hecho, sirven para sacar dinerito con el que pagar carteles, panfletos y demás), pero son los contrastes, otra vez, claro, y así me pilla, que de repente me quedo con una sensación agria y me levanto con fiebre, por esas pequeñas cosas que pasan casi desapercibidas al lado del monstruo que ya es de por sí el CIE de Aluche... Y necesito darme cuenta de que:

me costó irme de allí sin más... pero la cuestión es que yo, que tampoco soy del 'nosotros' que diseñó esa cúpula de colores que corona la comisaría en mitad del patio, ni las casetas de entrada que parecen sacadas de un anuncio de playa; que ni siquiera soy del 'nosotros' que pintó la fachada, muros y barrotes de ese lugar como si fuese una sucursal de IKEA... (seguirían órdenes, o estaban ganándose su pan, desde luego... pero no soy de ese 'nosotros'). La cuestión es, decía, que, aunque me costó irme de allí sin mas, yo sí pude irme y ellos no...
Esa es la diferencia...
No basta con no mirar a otro lado, porque seguimos sin ser ellos....

miércoles, 9 de abril de 2008

de quimeras y huelgas de cuidados...

No es que esté especialmente prolija, pero es que a una le da por llevar dos días sin ser capaz de ponerse a escribir sobre aquello que tiene que escribir (y que no es precisamente en este blog), y va una y no puede, y se pone a pensar en cosas y gentes, y conversa con unas y con otras, y se pone triste (o alegre, según se dé, da un poco igual a veces...) pero eso, en definitiva, que la cabecita vuela, y entonces piensa una en las quimeras (que no: las utopías), y le da por acordarse de un texto que hace poco ha re-encontrado, y que le gustó mucho, y que dice así:

" Avances sobre la denominada ‘Huelga de Cuidados’

Ya han transcurrido diez días desde que se inició la tan anunciada y sin embargo poco esperada ‘huelga de los cuidados’. Las repetidas advertencias – ‘el día que me vaya me voy a quedar más ancha que larga... y ya veremos cómo se las arreglan...’ – dejaron de ser meras palabras amenazadoras el día que los delantales amanecieron flameando en los balcones. Lo que había parecido en principio un arrebato particular de un día resultó ser un hecho generalizado. Las mujeres habían decidido colgar sus batas y delantales y parar...

Juan Villanueva, supervisor del departamento de marketing de la multinacional ACME, comenta: “al salir de la ducha me extrañó la ausencia del olor a café. Fui a comprobar en la cocina, y efectivamente, la mesa estaba despejada, los fuegos apagados, y mi mujer aún en la cama profundamente dormida. Pensé que no había escuchado el despertador, pero me dijo: 'déjame, esta es mi huelga'. " Muchos otros, como el Señor Villanueva se encontraron con esta sorpresa y acudieron a sus trabajos con el estómago vacío, la camisa arrugada y una pequeña mueca de contrariedad.

Esta mañana hemos visto al Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, él mismo también luciendo una camisa arrugada, pidiendo la calma a la población y ha anunciado la reducción de horas laborales según las necesidades vitales de sus trabajador@s, eso sí, señalando que es una medida estrictamente temporal. Sin embargo, hemos podido comprobar durante estos diez días, que ante la incapacidad por parte de las instituciones de tomar las riendas y soluciones pertinentes, l@s habitantes de esta ciudad empiezan a organizarse con bastante efectividad. Superado el miedo y el caos del primer día, cuando pudimos ver aquellas dramáticas imágenes de niños berreando a la salida de los colegios, ejecutivos desaliñados viajando en el metro, mayores sin asearse esperando su medicamento, usuarios a los que se les colgaba el teléfono tras el anuncio: “mire, hoy usted no tiene la razón”, así como clientes perplejos ante la exigencia de utilización del condón por parte de la señorita, entre otras, poco a poco el miedo ha sido reemplazado por un gran optimismo e iniciativas de cooperación tremendamente creativas. Ya pudimos ver desde el segundo día cómo algunos habían decidido bajar al abuelo en su butaca a la plaza y pedir de favor al panadero: “Don Víctor, échele un ojo a mi suegro, vuelvo en seguida que tengo que hacer la compra antes de que cierre el mercado”. La policía intentó desalojar lo que pronto se convertirían en salones comunales, y grandes ollas populares organizadas en espacios amplios como entidades bancarias, oficinas de ayuntamiento, y grandes supermercados. Sin embargo, la negativa de enfrascar el cuidado en casa ha sido tan generalizada que se han visto obligados no solo a consentir el uso tan atípico de estos espacios, sino a impedir el paso de los coches a las calles tomadas por niñ@s. Una de las mujeres nos ha comentado sobre cómo valora hasta ahora esta ‘Huelga de Cuidados’, “parece ser que conseguiremos eliminar la división sexual y étnica del trabajo afectivo. Ya hemos dado el paso más importante al ubicarnos tod@s en un plano horizontal en el que no hay cuidadoras ni receptores del cuidado, sino que tod@s estamos en el circuito de transfusión de cuidados”.

Lo escribieron Pau y Maggie desde Precarias a La Deriva, en marzo de 2005. Y decía al principio que le da a una por pensar en las quimeras porque 'Quimera' es lo imposible, aquello que desafía todos los límites creados y aprehendidos. 'Quimera' es creer en aquello que no puede ser verdad... Es Ilusión, Ensueño, Fantasía, Sueño, Utopía, Imaginación, Invención, Delirio, Espejismo, Alucinación, Figuración, Visión, Pesadilla, Ideal, Entelequia, Iniciativa, Ficción, Irrealidad, Esencia, Substancia... Y 'Quimera' son también las posibilidades de ser (lo virtual) más allá del ser (lo material)
Según la Real Academia Española, 'quimera' es "aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo". Y yo pregunto: ¿qué es "lo verdadero"? porque quienes tienen el poder de defirnir la realidad, la construyen...

No estoy especialmente prolija, no, pero es que me ha dado por ponerme a pensar en quimeras y ya ven, me vino a la mente esta 'huelga de mucho cuidado', que pasando por el imposible de los delantales (esa metáfora...) colgados de los balcones, abre toda una quimera por construir y autoorganizar...

Por último, un guiño pa mi Aniya Periférica, que tiene en su blog un video muy pero que muy apropiado (aunque la quimera va más allá de un señor con periódico... ay! si fuese tan sencillo...) y que hoy le comenté que quería poner por aquí (te lo copieteo) :-)



martes, 8 de abril de 2008

de sorpresas y esquinas...

Hoy (me) hicieron un regalo... Mi amiga Lau hizo un escrito para el blog, este blog que así se vuelve aún más compartido y acogedor, querido! porque de ellas, las otras importantes para mí, estará bien llenito :-)
El escrito es suyo, es ella, es su camino y estar hoy. Tras enviármelo le volvió a dar lo que yo llamo -gracias a Eduardo Galeano, claro- 'la ventolera' ("Silba el viento dentro de mí. Estoy desnudo. Dueño de nada, dueño de nadie, ni siquiera dueño de mis certezas, soy mi cara en el viento, a contraviento, y soy el viento que me golpea la cara."): pensó que no quería más sorpresas, que no le gustaban las sorpresas... pero 'las marcianas' (luego entenderán por qué) es lo que tienen, que, por suerte, les dan ventoleras...
Ahí les dejo con su regalo, su compartir... Que ustedes lo disfruten (que yo lo hice... Gracias, Lau)
"Tengo una lámina dando vueltas por mi escritorio esperando a ser colgada. Es una foto de un rótulo luminoso en algún gran edificio de NY (aunque por la foto nadie lo diría). El cartel dice: “Protect me from what I want”. No lo había colgado aún porque aunque me gusta mucho la foto, me resulta ciertamente amenazante. Como algunas fábulas terroríficas (casi todas lo son, ¿no?) que te vaticinan todos los males del universo si no vas por el buen camino.
Esta es peor, ir por el mal camino es querer algo, ahí es nada. Del cartel me gusta además el rollo nihilista y desafiante, y de alguna forma me hacía gracia la de veces que me he enrocado con algo para descubrir luego que no era eso lo que quería, o incluso para descubrir que los resultados eran contraproducentes. Y decepcionantes.
Otras veces no soy tan cabezota y sólo se trata de algo que por un momento se me pasa por la cabeza, y me apetece. Pero incluso en esos casos, la decepción también llega.
Y lo malo de la decepción es que no es proporcional a las expectativas o los deseos. Es como la sorpresa pero en feo. Una de las muchas cosas que creo que la psicología como disciplina no alcanza a comprender es que no se pueden establecer relaciones lineales entre antecedentes y consecuencias. Y desde luego que la decepción no es una excepción.
Al tamaño de la decepción no le importa si las expectativas (o los deseos) eran grandes o pequeñas. Y unas veces duele mucho, y otras veces sólo molesta un poco. Supongo que esto depende de las neuras de cada una, y hasta de cómo te haya ido el día, o la semana.
La cuestión entonces es cómo superar la decepción. El esfuerzo que hay que invertir tampoco es previsible a priori.
Puede ser que lleves años esforzándote por conseguir algo, y cuando lo consigues no es ni lo que querías, ni mucho menos cómo lo querías. Pero ya lo tienes. Y tienes la decepción también. Y después de tanto tiempo y esfuerzo resulta complicado reubicar el punto inicial para a partir de ahí, intentar llegar a otro punto que resulte satisfactorio. ¡Después de tanto tiempo y esfuerzo! ¿Cómo voy a mandarlo todo a la mierda y empezar de cero? Pues me temo que no me queda otra alternativa.
En otras ocasiones me ha pasado que me encuentro con algo que, sorprendentemente y de buenas a primeras, resulta que me gusta. Y luego, por cosas de la vida, va y me decepciona. Supongo que en estos casos la decepción es muuuuuucho más llevadera, y debe tener que ver con el esfuerzo invertido más que con los deseos. Aunque una cosa no quita la otra y sigue siendo un poco frustrante...
Según la RAE, una de las acepciones de “decepción” es “pesar causado por un desengaño”. A su vez “desengaños” son “lecciones recibidas por experiencias amargas”.
Y una vez más, la psicología se equivoca (y la RAE), el aprendizaje es bastante más que el resultado de las lecciones que se reciben.
O será que yo no aprendo, porque ya veré cómo manejo mis últimas decepciones, pero mucho me temo que no voy a dejar de tener expectativas, y no voy a dejar de girar esquinas y encontrarme con cosas antes invisibles que de repente resulta que deseo. Porque entonces habré aprendido mucho y me habré hecho vieja.
Mientras tanto, colgaré y descolgaré varias veces la lámina en alguna pared como he estado haciendo mientras escribía esto. Y seguirá dando vueltas por mi escritorio confundida pobrecita ella en mi diógenes galopante, entre deseos fugaces, papeles y decepciones varias.
Y me voy, que tengo cosas que hacer, expectativas que encontrar detrás de alguna esquina, deseos con los que encabezonarme, y decepciones que olvidar, para poder volver a decepcionarme. Yo qué sé, tendrá razón mi madre y seré marciana, porque me gustan las sorpresas aunque a veces sean feas. "

Ah! y si quieren hacer comentarios... háganlos, ella (y yo, y todas) los leeremos gustosas y un poquito más acompañadas :-)

viernes, 4 de abril de 2008

Contrastes (o de cuando una sale sin anestesiar y va caminando...)

Contrastes. Hoy iba a coger la bicicleta para ir a una cita con la que va a ser una ex compañera de trabajo. Se marcha de la organización en la que trabaja y con la que yo colaboro. Se marcha y queremos cerrar flecos antes de que eso ocurra. Cerrar flecos y saltar de alegría por su paso, su ir a encontrarse mejor. Se marcha, pero estará mejor. Sin embargo, no he cogido la bicicleta. Estoy muy cansada, y como todo es cuesta arriba, me ha dado el punto de que es mejor ir andando. No tengo ‘abono trastornos’ este mes y: ¿por qué no ir andando de Lavapiés a la Glorieta de San Bernardo? Antes he parado a desayunar en el bar, ‘mi’ bar, mi barrio... Toñete tiene una pupa en el labio. Le pregunto. Es por nervios, me dice. En breve cumple los 30 años y no se ha podido sacar la plaza de policía a la que optaba. Y cuando cumpla los 30 no se podrá presentar más. En algunos municipios por la edad, en otros porque la edad + no tener el bachiller hecho, se lo impedirá. Se cierra su opción de futuro. O así lo vive él. Le pregunto en qué ha trabajado antes de estar en el bar echando un cable a su padre. Muchas cosas, me dice. Y se pone tan nervioso de pensarlo que le digo que mejor lo dejamos, no? Aún le queda una oportunidad de presentarse, pero son algo así como 20.000 candidatos para 20 plazas, y el test de personalidad ‘no da usted el perfil’ es de lo más socorrido para tirar a 19.500 sin dar mayores explicaciones... Pero puede que no de el perfil, sí... No es lo suficientemente agresivo, y él lo sabe...

Salgo del bar. Hoy no veo por la calle a casi ninguna persona conocida. Todo son desconocidos con bolsas gigantes, comprando en las tiendas al por mayor que inundan el barrio. En la esquina de Mesón de Paredes con Tirso de Molina vuelve a estar la mujer ciega que se sienta a pedir en el bordillo de la tienda de zapatos. Estos días atrás ha estado un chaval que tenía todo el aspecto de tener más de un problema con alguna droga. Ahora ya no está. Por la tarde aparecerá la mujer mayor que vende sellos... (espero).

Sigo por Doctor Cortezo y veo a la pareja de ‘punkis’ que normalmente están en el parque de Casino La Reina con sus perros. Tres albañiles de una obra se les quedan mirando, y una vez han pasado, se ríen de ellos y murmuran entre dientes: “guarros!”...

Jacinto Benavente, una mujer negra apostada en la esquina del teatro intenta llamar la atención de un hombre negro ‘muybienvestido’ que avanza en su dirección. Él no tiene más remedio que mirarla, pero hace un gesto con la mano mientras sigue andando y le da la espalda.... Es bajito, pero camina tres palmos por encima del suelo...

Sigo avanzando y una mujer mayor clava su mirada en mis ojos. Golpea varias veces con una botella de coca-cola vacía en la pared en la que está apoyada. Dice: “tssssss!”. Ya no me mira a mí. Mira a un señor que pasa. Luego vuelve a mirarme a mí, porque sabe que la sigo mirando. Y que miro al señor que disimuladamente se acerca a ella. Vuelve a golpear con la botella en la pared, y ríe. Lleva años en esta plaza. O si no en la c/ Cruz. La sonrío y sigo caminando.

Bajo Carretas. Hay más gente ‘ociosa’ (esto es: de compras) de la que esperaba. Es miércoles por la mañana en pleno horario laboral.... Señoras enjoyadas pasean por los escaparates y manadas de adolescentes de otros países recorren el centro de Madrid gustosos. De pronto un chico se me queda mirando, sonríe y se acerca. Tardo unos segundos en reaccionar. Es uno de los chicos que han pasado por el centro donde curro. Sigue sonriendo y me da dos besos “-¡No me acuerdo de tu nombre! Joe!”, me dice, “- ¡pero me alegro tanto de verte!!!!” Yo tampoco me acuerdo del suyo, hace más de un año. Pero sé quién es... que le gusta el teatro, que tiene problemas con el alcohol, que no quería dejar los porros (pero la dopamina y la serotonina es lo que tienen, que se (des)equilibran y a veces hay efectos no deseados...), que le gusta la música, que es camionero, que llevaba mal las normas, que quería ser libre y volar.... Estamos unos 20 minutos hablando en mitad de la Puerta de Sol... llego tarde... Me tira besos al aire mientras nos alejamos el uno de la otra y yo me sumerjo en la marea humana de Preciados.

Una chica con peto verde y rastas en el pelo me para y me dice que si no tengo un minuto para Greenpeace. Un montón de ideas acuden a mi cabeza: “¡pero qué dices! ¡qué haces!, pero....” pero sólo alcanzo a balbucear que ‘ya fui socia’, frase estupenda que sirve como pocas para quitártelos de encima, que es lo que necesito en ese momento... Me cuesta respirar. Hace demasiado calor. Sigo subiendo. Sigue saliendo gente cargada de bolsas y bolsas de las tiendas, esta vez al por menor...

Un hombre sin brazos pide con el vaso agarrado con la boca.

Y la marea humana que compra cosas sigue su camino interrumpida a veces por un peto verde, o uno azul que es de ACNUR, o uno marrón de.... ah! no, ese “sólo” es un currito descargando cajas como puede entre tanta peña...

Los petos azules no me paran. No debo tener imagen de poder ayudar (con mi dinero) “a proteger y asistir a refugiados de todo el mundo”. Sin embargo, los del peto verde vuelven a intentarlo.

Llego a Callao. Cada vez me cuesta más respirar. En un quiosco de la Gran Vía hay una bufanda-bandera española con un bordado que reza: “¡Por qué no te callas!”. No la había visto hasta hoy. Quiero comprar un ‘metrobus’, pero ya no sé si los venden en los quioscos, y además no quiero acercarme a hablar con un quiosquero que tiene una bandera-bufanda española en la que pone ‘¡por qué no te callas!’.

Por fin llego a la Glorieta de San Bernardo montada en el bus 147. He pagado un euro para que me suban por una calle que es cuesta arriba pero que no llega a 1 Km. ni de coña... Un euro porque no puedo más.... Mi compañera se va de su curro. En esa organización con la que colaboro. Voy a tener que tratar directamente con el gerente de la entidad. Ella se va, y yo tendré que hablar de intervención con mujeres drogodependientes con un tipo que cuando me conoció hace tres años (cuando yo fui a reunirme con él y otros justo después de hacer un turno de noche en un piso de apoyo al tratamiento), lo primero que me dijo fue que le parecía un despilfarro que hubiese un educador/a por la noche en los pisos, que con poner un guarda de seguridad bastaba...

Tras aquella reunión para el programa que íbamos a poner en marcha y en el que yo colaboraba como ‘experta –hay que ver cómo les gusta lo de los status- en drogodependencias y género', dijeron de irnos a comer todo el ‘Comité Ejecutivo’ junto. Yo, ingenua, dije que dependía de lo que costase el menú... Se sonrieron, “claro”: lo pagaba el proyecto. Salimos a más de 20 euros por persona. Pero el despilfarro era que hubiese educadores/as en un piso por la noche...

He comido con la que va a ser mi ex compañera de trabajo en breve. Ha estado dos horas despotricando de su jefe. Ese jefe. Cuando vuelvo en el metro, aturdida, veo que una chicas se ríen de otras que van con velo en la cabeza, el jihab...

No puedo respirar...

Me siento. Y escribo. Y más tarde hablo contigo, y contigo, y contigo... Y de compartir lo que una siente, surge el poder respirar, el volver a reír, a arrinconar la angustia y entender(se), explicar(me)(lo). Sin embargo, hoy tampoco podré ver las noticias en las que nos hablan de la muerte ‘anónima’ de cientos de personas a diario, y a la par le ponen nombre y apellidos hasta ‘al vecino del bajo’ de la niñita que ha sido asesinada en Huelva y escarban todo lo que pueden en el dolor de su familia...

Pero bueno... los contrastes es lo que tienen: que se te clavan como alfileres (sobre todo si decides ir andando en vez de coger la bicicleta porque estabas cansada y todo es cuesta arriba...)

Gracias por estar ahí y mirar al mundo con vuestros ojos...

martes, 1 de abril de 2008

los combates cotidianos...

"- Me he cruzado con el viejo Mesribes... Le he puesto mi cara de 'no hablo con los antiguos torturadores de Argelia'... No le he dicho nada... Agachó la cabeza y se fue.
- ¿¡Y qué!? ¿estás orgulloso? ¿qué clase de ética gilipollas es esa que te hace sacrificar a un amigo por un pasado al que él ha renunciado definitivamente?... Está bien tener una ética... pero es algo parecido a la lógica: es demasiado simple como para dejarla intervenir en las relaciones humanas.
- A veces hay que ser radical...
- El radicalismo es el arma de los fachas.
- Hay cosas que no deben olvidarse...
- ¡Nadie te pide que olvides nada! Pero todos evolucionamos... nos arrepentimos... Tienes derecho a tu opinión, pero cuando juzgas la vida de los otros me parece que te sales de tu jurisdicción, sheriff...
Francamente, creo que a quien más castigas con esa historia es a tí mismo."
Los combates cotidianos. Manu Larcenet.


En donde trabajo un chico me cuenta que salía a dar palizas a 'gente diferente'... que no se habla con su hermano homosexual... que insiste con las chicas hasta que logra llevárselas a la cama... que... que no le gusta cómo ha sido, y que necesita ayuda para construir un otro ser... Está donde trabajo porque tiene problemas con las drogas. Pero ese no es el problema, aunque el centro donde está se emperre en que sí. No me gusta cómo he sido... me dice. Y sus médicos insisten en que el problema es su adicción...
Combates cotidianos, gente cambiando, viviendo... De repente te las ves hablando de sentidos de vida, formas de habitar el planeta. Por cada uno que quiere dejar de odiar, te encuentras diez que son puro egoísmo y que también creen ciegamente en que su problema es la adicción. Tienen todo un sistema de atención médico y psicologicista a su favor: volverán a trabajar más de ocho horas al día, a formar una familia, a ser normales, estarán insertados... porque no nos corresponden los combates cotidianos, me dicen (más o menos, claro, que eso de 'los combates cotidianos' es si acaso una expresión poética...) en mi trabajo. No nos corresponde si habla o no con su hermano homosexual... ¿qué más da si es homófobo? No nos corresponde si basa sus relaciones en la dominación masculina, imagino que no nos corresponde apoyarle en su proceso de cambio de forma de vivir la vida... porque nadie piensa que la forma de vivir la vida que hemos construido es enfermiza, dañina... es lo normal...
Cuando leí el comic ('Los combates cotidianos', de Manu Larcenet) me acordé de mi amigo y su hermano. La lógica. Es como cuando ves 'Las Horas'... no hay lógica que valga... no podía marcharse, y optó por irse. Huyendo de lo normal... Una apostó por la vida, la otra por la muerte... pero ninguna se quedó quieta, muda, amordazada... Optaron por el cambio, y el cambio siempre conlleva dificultades, enterezas, a veces injusticias, ¿cosas imperdonables?... Julianne Moore no interpreta a una "perturbada esposa de 1951", esa es una lectura desde la misma posición que marca qué es lo normal... y que ejerce de sheriff, de médico, de psiquiatra...
Esta es una entrada quizás demasiado personal como para llegar a todo el mundo, pero es lo que hay: procesos. Vida. Una opta por quedarse y cambiar lo que puede de lo que la rodea... Los combates cotidianos es lo que tienen... que son cotidianos...
Besitos para todas aquellas personitas que ya andais pululando de cotidiano por este blog :-)