<< El que viva verá. Me viene la idea de que, en secreto, persigo la historia de mi miedo. O, más exactamente, la historia de su desenfreno, más precisamente aún, de su liberación. Sí, de veras, también el miedo puede ser liberado, y en ello se ve que forma parte de todo y de todos los oprimidos (....)
La mujer libre aprende a apartar sus miedos poco importantes y a no temer al único gran miedo importante, porque ya no es demasiado orgullosa para compartirlo con otras...>>

Casandra, Christa Woolf


"¿Quiénes sois vosotros para decretar quién debería seguir vuestras normas y leyes inventadas?" Layla Anwar, Mujeres en Iraq: nubes rosas y rojas



viernes, 3 de enero de 2014

Esencia de violencia de género (II)


Mujeres de ojos tristes, mirada perdida,
anhelando lo que no tuvieron, lo que serán.
Daños en forma de vida encarnada,
violencias sufridas y nunca reparadas...
Sexualidad como eje de vulneración
y de poder.
Autoestima y sexo.
Violencia (sufrida, no elegida) y sexo.
Sexo.
Hetero.
Sexo.
Queriendo una relación,
ergo: un hombre.
Que dé su hombría por ellas.
Que l(a)s folle,
ergo: que l(a)s quiera...
Raíces en un tinte que se ha quedado viejo.
Mechas desvaídas.
Uñas marchitas.
Humo entre los dedos manchados de nicotina...
Ella(s) es cualquiera
Ella(s) es todas las mujeres que han/he transitado a lo largo de mi vida...
Grupos de terapia.
De acompañamiento.
De me pasó esto y aquello...
y un hondo agujero es lo que se tiene para desayunar(se) al comenzar el día...

Pasa que hoy caminaba por Arenal entre la gente... Gente que compra, que pasea y hierve... Y de pronto la veo... sentada en una mesa. Perdida la mirada y los dientes.
Medio sonríe cuando levanta la vista y me reconoce. Quiere decirme que está bien. Pero sabe que la sé ver... Ella(s) me lo enseñaron, ella(s) me acompañaron...
Experiencia encarnada, de la que no se olvida, que te recorre y viene a re-conocerte por situaciones antaño vividas...
Sonrío y me siento a su lado. Me acaricia la mano. Perdió otro hijo. Otra paliza. Una dependencia que no cesa...
Lo intenta, me dice.
Quiere, me cuenta.
Pero... alega...
¿Y tú? ¿Cómo estás tú, Pat?... se interesa... 
Ahora estoy en una librería, le cuento
Ya no haces grupos de mujeres drogodependientes?, pregunta
No...
y mis ojos se inundan en la impotencia de haber optado por una vía menos... ¿implicada? y/o ¿comprometida?...
Un hombre se acerca. Viene a recogerla.
Ella tiembla. Me acaricia la mano una vez más y se levanta deprisa.

Me quedo un rato sentada en la mesa
Y me río ante la falacia en forma de creerte responsable de algo
Mejor por algo
Imprescindible por algo...
La vida sigue.
A pesar tuyo.
Sobre ti.
Fluyendo y desbordando(te).
En todo su esplendor y belleza,
pero también en su dureza, mierda y putrefacción...

Hoy lloré porque me recordaron algo que hacía: estar con ella(s)
Y lloré no por imprescindible o mejor (¡va mierda!)
Sino porque con ella(s) es que miraba a la vida en toda su jodida y auténtica extensión...

Esencia de violencia de género (II): miradas perdidas en el humo y un apenas (perceptible) temblor...


oOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo

(Nota aclaratoria para recién aterrizadas: durante muchos años trabajé con mujeres que tenían algún tipo de drogodependencia y habían iniciado tratamiento. Por eso estaban en los grupos que hacíamos desde perspectiva feminista. La mayoría de ellas habían sufrido abusos sexuales en la infancia, violaciones, maltrato... En las redes de atención a las drogodependencias, eso no se trabajaba...)